GRACIAS, HIJAS E HIJOS

Que imposible sea el olvido lo garantizan, este viernes 14 de septiembre, las hijas y las hijos reunidos bajo una blanca carpa, ubicada entre el Parque Santander y el edificio de Avianca, frente a la iglesia de San Francisco, a una cuadra de la avenida Jiménez, a pocas cuadras de otros símbolos del poder: Plaza de Bolívar, Catedral, Palacio Presidencial, Parlamento, Palacio de Justicia, Alcaldía. Es decir, los escenarios del sainete en que, entre tragedia y risa, se ejerce el poder en territorio colombiano.

Falta poco para las cinco de la tarde, bajo el sol que hacia los cerros bogotanos huye, algunos jóvenes circulan por el espacio peatonal, sobre paredes internas y externas de la carpa, el montaje de fotos, narraciones creativa y poéticamente presentadas, reproducciones de periódicos y revistas de hace 30 años, cortos párrafos de discursos y comunicados del Comando Nacional de Paro y del gobierno de turno. A ello se suman dos volantes cuyos cortos, creativos y ágiles textos ampliando información ambientan la época, y activan memoria.
Fuera, el transeúnte que su paso detiene, enganchado en la excelente historia que a leer empieza, dirige su curiosa vista hacia transparentes ventanas tras las que un grupo cambia su vestuario preparándose para iniciar la presentación artística destinada, también, a activar memoria que el aquí y el presente alimente permitiendo nacer nuevos sueños tras los que seguir corriendo.

En pocos minutos esta esquina verá pasar miles de habitantes de la capital, estudiantes, gentes sin empleo vagando, matando tiempo y en banquete de miradas, ahogando hambre y sed, gentes que de empleo disfrutan, dispuestos a disfrutar su quincena, o lo que de ella puedan, en este “viernes del amor”. Rebuscadores ofreciendo infinita gama de objetos que amor y amistad expresen. Trabajadores y trabajadoras de todo tipo dispuestos a disfrutar el paseo caminando la séptima libre de vehículos, orden de alcaldía que alegra a comerciantes formales e informales, caminantes a bohemia olorosos, parejas que, a bajo costo, del amor disfrutan confundidas entre la multitud de paseantes. Como todos los viernes y festivos. Como en vísperas de todas las fiestas del calendario comercial en las que en consumo se ahogan los afectos.

Con mi memoria activada por fuertes y tiernos abrazos de hijas e hijos, desde esa blanca carpa declarándose combatientes de la vida y militantes de la esperanza, según dice uno de los dos volantes que en mi bolsillo llevo y que desde elevados zancos rojinegros se distribuyen, entre los curiosos que empiezan a juntarse, enrumbé pasos a la búsqueda de este seminario que también a bucear invita en la memoria.

Y al hacerlo acompaña mis pasos la música de “El Barcino” que en el aire otra flecha de memoria plena al corazón llega. Memoria activada, esta vez, por la banda de música que acompaña a los seguidores de un candidato cuya bandera es la diversidad. Portando con orgullo camisetas que proclaman su defensa del movimiento LGBT, conversan con los desprevenidos transeúntes sorprendidos por al alegre sonar de la música evocando los cuarenta, cuyas semillas hechas huella en el alma clavadas todas y todos llevando vamos.

“Hoy, ármese de valor, deje el miedo en la nevera y alce su voz, así como nuestros padres lo hicieron, hace 30 años, en el paro del 77. Hoy nosotros sus hijos e hijas nos alimentamos de su inspiración, los conmemoramos, los recordamos y los volvemos a pasar por el estómago y el corazón”. Se lee en el volante citado.



Caliente de emoción late al corazón y un gracias hijas e hijos lleva cada latido. Gracias por activar ese latido, -que latido la memoria es-, recordándonos lo que 30 años atrás escuela fue para muchos de nosotros, reto, oportunidad de probarnos hasta donde éramos capaces de llegar en la lucha junto a nuestro pueblo.

Gracias por recordarnos el dolor y el miedo de aquellos ya lejanos días. Y también por rescatar memoria de sueños que al vivir motor ponían y que, en algunos momentos, derrotados creímos.

Gracias por recordarnos el barro en el que nos hemos modelado, amasado con sangre, rabia y decisión de construir dignidad.

Gracias por regalarnos decisión y energía que andando nos mantengan con pasos fuertes junto a los suyos, amasando presentes en los que, fertilizadas por las vidas entregadas en su búsqueda, vivas sigan libertad y dignidad.

Eso llevaba mi alma cuando, desde la pantalla, soledad, locura, amor y deseo de libertad al aire lanzaba María Cano. Palabras plenas, con vida respaldadas, puestas a danzar por ella y los suyos, en jornadas que en los veinte abrieron brecha por la que seguimos hoy juntas y juntos, todas y todos, combatientes de la vida.

“… a mirar atrás para aprender de lo que fuimos, de lo que somos capaces y a veces nos avergonzamos”, llaman los hijos y las hijas este 14 de septiembre. Que el llamado coincida con el inicio de este seminario alimenta decisión de seguir en el permanente ejercicio de memoria que del cielo al infierno puede, a veces, conducir y en el que en medio del dolor y la lucha por aplastar culposas tendencias se abre paso indetenible, inderrotable, la memoria.

Compartir trozos de memoria. Esa frágil, mutante, indestructible, omnipresente semilla de verdad que florece entre mentiras, a veces calculadas, a veces piadosas, a veces simplemente porque así somos y voluble la memoria es y porque igual que paz y guerra contra el olvido, permanente la batalla es.

Y en ella la cosecha será de dignidad y libertad si la siembra a muchas manos, voces, corazones, haciendo vamos. “Un hombre solo una mujer así tomados de uno en uno, son como polvo no son nada”, proclamó desde su carcelaria celda el poeta que también nos dejó en la memoria clavada otra flecha: “Nunca te entregues ni te apartes/ Nunca al camino nunca digas/ No puedo más y aquí me quedo”

Es el reto posible de enfrentar si cada vez más abierta la muralla está y entre sus muros vuela la memoria, cual mariposa en arroyo, tejiendo infinita colcha multicolor, de infinitas voces y expresiones, de infinitos tonos y acentos, llevando en sus historias la historia de la humanidad y con ella disparando bandadas de sueños que a caminar nos llevan sin descanso y también sin permiso, como en los 20, como en los 70, como siempre.

Reflexión en la escuela de formación: historia social y política desde abajo,
septiembre 15 de 2007 (rosamorena79@hotmail.com, rosamorena19@yahoo.es)